Joan Collins: En sus propias palabrasJoan Collins: En sus propias palabras

Joan Collins: En sus propias palabras

Joan Collins: En sus propias palabras
Sep, 07, 2021

ArtistasComunidadPhxArtista Destacado

Joan Collins: En sus propias palabras

Como artista radicada en Scottsdale, viajera del mundo experta, y alumna de The Ohio State University, a Joan Collins la apasiona el mundo natural que la rodea. La vista de las icónicas montañas McDowell desde su hogar y estudio a menudo es una fuente de frescura e inspiración para sus “paisajes abstractos llenos de energía” que representan sus viajes por todo el mundo y los colores y patrones siempre cambiantes de la naturaleza.

Criada en Columbus, Ohio, Collins obtuvo una licenciatura en Marketing con una asignatura secundaria en Negocio Internacional de la Ohio State University, pero una vez que se mudo a Massachusetts después de graduarse, empezó a experimentar con acuarelas en cuadernos de bocetos, inspirándose en el paisaje de la punta de Cape Ann, en Rockport, donde comenzó su camino como pintora de paisajes.

Aquí está Joan Collins, en sus propias palabras, acerca de sus inspiraciones, su práctica en desarrollo y la dedicación de toda la vida a apoyar las artes.


“…me recordaron que a veces son las carreteras que dan miedo las que tenemos que recorrer para encontrar el camino de vuelta a nosotros mismos y a nuestro arte”.

Joan Collins. Self portrait. Courtesy of the artist.

Joan Collins. Self portrait. Courtesy of the artist.

PhxArt: Cuéntenos de dónde es y de cuándo descubrió que quería ser artista.

Joan Collins: La naturaleza me revive. Los  océanos me tranquilizan. La vida marina me intriga. Los animales me enraízan. Las montañas me asombran. Las tormentas me conmueven. Las puestas de sol me emocionan. Trabajar para ayudar a restaurar y preservar la Madre Tierra ha sido mi profesión y mi misión durante los últimos 20 años, y eso se extiende a mostrar su belleza a través de mis pinturas.

Crecí en el medio oeste de Estados Unidos en Columbus, Ohio, rodeada de hileras de maíz, nubes cúmulo y ríos tranquilos, y, claro, el fútbol estadounidense universitario en el otoño—¡vamos Bucks! Me gradué de The Ohio State University con una licenciatura en Marketing y una asignatura secundaria en Negocio Internacional. Después, me mudé al Noreste, donde trabajé en el distrito financiero en Boston. No estaba al alcance vivir en la ciudad, entonces me desplazaba desde la North Shore. Vivía en Salem, en el último piso de una antigua casa de un capitán de barco.

Los paseos serpenteantes de fin de semana que tomaba por la carretera MA-128 me llevaban a la punta de Cape Ann en Rockport, donde empecé a experimentar con las acuarelas en cuadernos de boceto y después pinturas más grandes sobre papel. Había algo en el mar y en la orilla del mar, en los fértiles jardines y en la línea del horizonte donde el cielo se unía al Atlántico que me inspiraba. Un día frío y nevado en Boston, leí un artículo en la revista Condé Nast sobre un viaje en goleta por la costa de Turquía. Se centraba en la enseñanza de la acuarela al aire libre. Guardé el artículo y, unos años más tarde, reservé el viaje. Navegamos por el mar Egeo, de color cian, en una goleta de 60 pies, dibujamos ruinas antiguas en campos de salvia salvaje, pintamos puertos marítimos de colores primarios como Bodrum y aplicamos el gris de Payne para capturar siluetas de edificios bizantinos en el Bósforo. Todavía hoy utilizo el gris de Payne en casi todas mis pinturas.

Mi instructor británico no estaba seguro de mi estilo impresionista y seguía intentando que volviera al realismo. Pero había una escritora de ficción a bordo, procedente de Londres, que me animaba con críticas entusiastas al final de cada día. Sus palabras de sabiduría fueron que mantuviera el rumbo y fuera auténtica. Las primeras lecciones de mi viaje artístico tenían que ver menos con la perspectiva y más con la percepción. Las semillas del arte se plantaron durante ese tiempo en Nueva Inglaterra y ese viaje a Turquía, pero fue la asistencia a un taller de arte en la isla de Sherkin, en West Cork, Irlanda, lo que me llevó a llamarme artista.

Ahora, vivo y pinto en mi estudio en el corazón del vibrante Scottsdale Quarter, donde su ethos urbano se yuxtapone con una amplia vista del cielo del este. Todos los días veo las montañas McDowell que marcan el horizonte. La estructura de las montañas nunca cambia, pero la luz, el color y la composición cambian constantemente. Esta tensión entre la prisa de la energía y la calma expansiva está siempre presente en mi vida y en mi obra de arte. Me siento llamada a compartir estos paisajes abstractos llenos de energía procedentes de mis viajes locales y mundiales.

Joan Collins, Monsoon Energy, 2021. Acrylic on canvas. Courtesy of the artist.

Joan Collins, Monsoon Energy, 2021. Acrylic on canvas. Courtesy of the artist.

PhxArt: ¿Qué la inspira a crear, y cómo motiva su práctica apoyar a otros artistas y a su comunidad?

Joan Collins: Durante mi infancia, el presupuesto familiar era ajustado, pero mis padres nos expusieron a mis hermanos y a mí a las artes con el mismo aprecio por la belleza de la naturaleza. Bailé, toqué la flauta, canté en coros y, cuando me pidieron que pintara un mural para una reunión de las Girl Scouts— capturando imágenes de las Girl Scouts de cada país—lo hice. También pinté una escena de la selva en la pared de mi habitación. Antes de cumplir los 16 años, había visto instalaciones de arte moderno en el Guggenheim de Nueva York y me inspiré en los espectáculos de música y danza en directo, siendo mi favorito Baryshnikov. Luego, los viajes ampliaron esta inspiración más allá de mi imaginación. Fui a Francia para realizar un estudio de verano sobre la Comunidad Económica Europea, y mi primera parada sola en París, a los 20 años, fue como entrar en una rampa de acceso a la vida (y al arte) a unas 200 millas por hora (320 km/h). Todavía conservo la copa de champán de cristal de cuando un hombre francés en un café me envió Dom Perignon en mi 21º cumpleaños. Pasé horas en el Louvre, pero cuando me senté frente a los paneles de nenúfares de Monet en el Musée d’Orsay, me sentí transportada a un mundo que nunca había conocido.

Mi mamá, que es una bellísima soprano y pianista, me dijo que veo cada día como turista. Viajar por trabajo y por placer es el combustible perfecto para un turista cotidiano. Supongo que se podría decir que este estilo de vida se traslada a mis obras de arte, ya que cada pintura es como una postal. La energía y las imágenes se deslizan sobre el lienzo como si estuviera creando una invitación abierta desde mi mundo al tuyo.

Otra motivación clave para mí es traer a la gente a mi mundo del arte, y despertar la creatividad en otros. Acabo de empezar a compartir las historias de algunas de estas increíbles personas con sus propias voces en un podcast llamado Art Unsurfaced. En el primer podcast, entrevisto a tres mujeres increíbles: Stephanie Stickford, Leslie Conners y Daphne Azzi, que volaron a Irlanda para ayudarme a montar mi arte para mi primera exposición internacional. En el segundo episodio, hablo con la coleccionista de arte mundial Michele Tihami. También me comprometo a fomentar, promover e invertir en el trabajo de otros artistas. Y, por último, un ingrediente clave para llevar una vida artística inspirada es devolver a la comunidad. Como parte de este servicio, dono mi arte a una o dos subastas de arte locales cada año que benefician a varias causas maravillosas, como la subasta Art from the Heart organizada por Free Arts, una organización sin fines de lucro con la misión de producir experiencias positivas centradas en el arte y mentores para construir la resiliencia en niños que han experimentado un trauma o abuso continuo. En 2019-2020, formé parte del programa de obras de arte prestadas en la Mayo Clinic de Phoenix. Me hizo sentir tan bien pensar que tal vez, aunque solo sea para un paciente, mi obra de arte podría aportar una sensación de paz. También diseñé en 2012 y 2013 una serie de sesiones de arte titulada “La Fuerza en las Mujeres” para mujeres alojadas en un refugio para mujeres de Phoenix. Ver a estas mujeres trabajando con todo tipo de medios para expresarse me impactó profundamente.

Joan Collins, Passages, 2021. Acrylic on canvas. Courtesy of the artist.

Joan Collins, Passages, 2021. Acrylic on canvas. Courtesy of the artist.

PHXART: ¿EN QUÉ MEDIOS PREFIERE TRABAJAR?

Joan Collins: He evolucionado. Mi trabajo comenzó con lápices, plumas y acuarelas. Al recordar esos bocetos, puedo ver los primeros orígenes de las marcas, las formas y las capas de color que utilizo hoy. También estudié escultura en el Scottsdale Community College, donde tuve acceso a todo tipo de materiales y herramientas (y espacio).  Forjé hierro, vacié y fundí bronce, utilicé madera y tallé travertino. Luego, encontré el gesso y los acrílicos de secado rápido. Empecé a pintar como una escultora—moviendo, añadiendo y raspando pintura por el lienzo. Mi proceso de pintura es físico y desordenado. Creo que con esta técnica se consiguen contornos sorprendentes de colores y texturas pesadas y opacas contra una transparencia fina y vaporosa. Esto no lo consigo con los óleos, pero en algunas de mis obras, los óleos me dan ese color rico que sólo ellos pueden ofrecer.

Cuando pinto, a menudo pienso sobre mirar a los dedos de mis pies en el agua clara del océano y ver las capas de luz refractada y las sombras debajo de mí. Este es el superpoder del acrílico—el medio de secado rápido me permite crear capa sobre capa, rápidamente. Cuando pinto, me sumerjo como si fuera agua y contengo la respiración. No tengo tiempo para esperar, o podría quedarme sin aire. Intento imitar la profundidad, la textura y la belleza de la naturaleza en mi arte, sólo que mucho, mucho más rápido.

Pero el medio de pintura no es lo único que es importante en mi proceso. Son las marcas que hago en la pintura que comparten mi historia. Los elementos naturales llegan a mi mano, a mi maleta, a mi casa y a mi estudio. Construyo muchos de mis propios pinceles para realizar un efecto, usando plumas, soga, resortes, alambre, madera de deriva, agujas de pino y otros artículos encontrados en el desierto, la playa y la ciudad. Y cada lienzo comienza con una pasada de una pluma que ha sido sumergida en tinta. Nadie lo ve nunca porque se tapa, por supuesto, pero es una parte esencial de mi proceso.

Joan Collins, Wade with Me into the Grotto Pool, 2020. Mixed media on board. Courtesy of the artist.

Joan Collins, Wade with Me into the Grotto Pool, 2020. Mixed media on board. Courtesy of the artist.

PhxArt: ¿Cuáles son los temas o sujetos en los que más se centra?

Joan Collins: Los paisajes naturales y urbanos abstractos de paseos locales y mundiales realmente son mi enfoque. Llamo a mi estilo “paisajes abstractos llenos de energía”. La curadora y directora de Artists in Arizona, Lauren Edgar, que radica en Phoenix, lo expresó mejor que yo. Dijo:

“Las pinturas de Joan son paisajes, paisajes espaciales y todas las inferencias intermedias. Son, de hecho, ‘paisajes de artistas’, que reflejan los lugares a los que la artista ha viajado y recreado como superficies pictóricas, mientras sus pinceladas navegan por los recuerdos capturados por su mente e inculcados en su alma.  Lo que queda son las impresiones de cada destino—un momento, una interacción, una imagen particular. Estos viajes personales vuelven a la vida en forma abstracta, con majestuosas interpretaciones de la belleza que descubrió inicialmente”.

PhxArt: ¿Cuáles son sus mayores influencias artísticas?

Joan Collins: Supongo que debería decir Diebenkorn, Bonnard, Richter, Rothko, O’Keeffe y artistas contemporáneos de Dan McCaw, Agnese Udinotti, Dorothy Cross, Simon Kogan y Brian Rutenburg. Recientemente he estado siguiendo a Catherine Woskow, cuyo uso de color es de otro mundo, y Delita Martin del Black Box Press, quien es una magnífica narradora visual.

Estos artistas son para mí fuentes profundas de puro asombro y suspiros. La fotografía, la poesía y la música también me llenan. Me inspira profundamente el talento profesional para escribir canciones de mi hermano, Mike Collins, y la música vocal de mi querida amiga Stephanie Stickford, que es una cantante de Phoenix que forma parte de la Phoenix Chorale, galardonada con un Grammy, y el Helios Vocal Ensemble.

Pero para conocer a mis verdaderos influenciadores del alma del arte visual es necesario conocer mi historia sobre cuando crucé la bahía de Roaring Water en un pequeño ferry rojo desde Baltimore, Irlanda, hasta la isla de Sherkin. Hace ocho años, di un salto de fe. Viajé a Irlanda y asistí al Taller de Arte Sherkin, dirigido por las profesionales del arte Cora Collins y Majella O’Neill Collins. Compartí un espacio de estudio con la artista irlandesa Eileen Collins. Ninguna de nosotras es pariente. Ninguna de nosotras se había conocido.

Y pasé diez días viendo realmente el color fucsia. Pasé diez días comprendiendo las curvas y las proporciones de un modelo vivo. Pasé diez días pidiendo a la naturaleza que se mostrara en el lienzo. Pasé diez días inmersa en el arte y la naturaleza.

Y otra docena de artistas e instructores que estaban allí me ayudaron a ver la artista que llevo dentro. También me recordaron que la vida puede ser tan sencilla como tomar un té o tan dramática como el mar y que debo activar esta gama en mis pinturas. Completamente desconectada de casi todas las formas de comunicación, me entregué a la más pura dedicación al arte. Hice pinceles con algas y cuerdas azules encontradas en la orilla del mar. Con un tubo atado a mano de bocetos y pinturas del taller colgado del hombro, tomé el ferry de vuelta a Baltimore, en West Cork. No voy a mentir—las carreteras estrechas y con curvas del suroeste de Irlanda son para morderse las uñas—pero me recordaron que a veces son las carreteras que dan miedo las que tenemos que recorrer para encontrar el camino de vuelta a nosotros mismos y a nuestro arte.

Estos artistas que conocí en ese taller se han convertido en mis mayores influencias. Desde entonces, he vuelto casi todos los veranos para explorar Irlanda y el arte con ellos. Lo más notable es que tuve una exposición conjunta con Majella llamada Desert to Sea in Inchydoney, Clonakilty Ireland (Del desierto al mar en Inchydoney, Clonakilty Irlanda) en 2016. Esta fue mi primera exposición de arte internacional. En el último viaje que hice antes de la pandemia de COVID-19 en 2019, tres de nosotros estábamos explorando la zona de Connemara. Con un giro inesperado de los acontecimientos, nos encontramos hechizados por la artista de renombre internacional Dorothy Cross, que nos invitó a entrar en su casa y en su estudio, donde había enormes conchas de almeja en el suelo y digitales que colgaban del techo. Sus esculturas, películas y fotografías exploran los seres vivos y el mundo natural. Fue un sueño echar un vistazo a su mundo artístico. Cada vez que voy a Irlanda y me relaciono con estos artistas, ocurre algo que llena mi arte de un espíritu y una dirección renovados.

Joan Collins, Approaching Clearness, 2021. Acrylic on canvas. Courtesy of the artist.

Joan Collins, Approaching Clearness, 2021. Acrylic on canvas. Courtesy of the artist.

PhxArt: ¿En qué se inspira el uso del color y la abstracción en su obra?

Joan Collins: Siempre he creído que el arte nos saca del mundo de los guiones y nos lleva a un lugar de infinitas posibilidades—especialmente cuando es abstracto. Me gusta bromear diciendo que mi paleta es como un anillo de ánimo, ¡pero realmente lo es! Los colores que utilizo reflejan lo que ocurre en mi interior. Por supuesto, los matices, las tonalidades y los tonos provienen de influencias externas, pero las combinaciones—cómo se diluyen y dramatizan para la composición—provienen del interior para formar una abstracción que es pura, personal y, con suerte, convincente.

Me encanta crear diseños abstractos, pero siempre están basados e inspirados en paisajes naturales y urbanos. Parte de mi proceso consiste en crear pequeños libros de fotografías, en su mayoría en blanco y negro, que he tomado a lo largo del camino. Son fáciles de hojear y me sirven de impulso creativo, ya que me proporcionan imágenes e inspiración rápidas. Por supuesto, no se traducen en realismo en el lienzo con mi estilo, pero sí tomo las formas, las líneas, las sombras y la perspectiva para informar a mis pinturas.

PhxArt: ¿Cuáles son algunas obras, series o proyectos en los que está trabajando actualmente o que ha presentado recientemente?

Joan Collins: Siempre digo que exponer mi obra es un poco como bañarse desnuda—es estimulante y a la vez vulnerable. Algunas de mis exposiciones y proyectos más recientes son el program de arte Portland in the Park en Phoenix (agosto a diciembre de 2021); FoundRE Contemporary Voices (abril a mayo de 2021) en Phoenix; In Motion | In Stillness (En movimiento | En quietud) (2020-2021) organizada por Artists in Arizona como exposición virtual con catálogo impreso; RAA&M National (2020), una exposición nacional con jurado en Rockport, Mass.; la residencia artística de Helios Vocale Ensemble (2020-2021) en Phoenix; la campaña de moda See|Me and mint&rose 2021 Art Meets Fashion Campaign, Nueva York y España; y la artista destacada virtual de Camelback Gallery de 2021, Phoenix.

Además, el próximo episodio de mi podcast, Art Unsurfaced, acaba de salir. Cada episodio rompe con el exterior del arte llevándote en mi viaje artístico mientras revelas aspectos de la experiencia artística que no se pueden ver en el lienzo. El próximo episodio se titula Traveling the Growth Curve in Making and Collecting Art (Viajando por la curva de crecimiento al hacer y coleccionar arte). Puedes escucharlo en Spotify o iTunes.

Joan Collins, Mystic Valley, 2020. Acrylic on canvas. Courtesy of the artist.

Joan Collins, Mystic Valley, 2020. Acrylic on canvas. Courtesy of the artist.

PhxArt: ¿Qué puede esperar ver de usted nuestra comunidad próximamente?

Joan Collins: Actualmente estoy participando en un proyecto con la fotógrafa local Elaine Kessler llamado SWING. Es un diálogo visual que nos lleva a través de continentes, océanos y el tiempo. Con ella manejando un lente y yo un pincel, hemos profundizado en una conversación elaborada con color, movimiento y luz. El “empujón” inicial es una fotografía, a la que respondí con una pintura abstracta. De aquí para allá, hemos estado “hablando” durante un tiempo, balanceándonos al ritmo de nuestras propias perspectivas. La exposición presentará muchas obras que son expresiones de nuestra dialéctica. En un giro interactivo, invitaremos al público durante la exposición a participar con nosotros para producir una obra de arte multimedia culminante. El lugar y las fechas de la exposición SWING se anunciarán en otoño de 2021.

También estoy iniciando una nueva serie de obras titulada Inert Debris (Escombros inertes). No quiero decir demasiado, ya que está en sus inicios, pero mi objetivo es mostrar este trabajo en una exposición individual en otoño de 2022.

VER MÁS

Para ver más obras de Joan Collins, visite su sitio web artatblackmountain.com e inscríbase para su boletín informativo para ver sus obras nuevas. También puede seguirla en Instagram @artbyjoancollins. Joan recibe visitas al estudio con cita previa. Contacte a  abstractartbyjoancollins@gmail.com.


#CuarentenaCreativa

Estamos interesados en saber cómo lxs creativxs están navegando el tiempo del coronavirus. Joan Collins comparte lo que le está dando vida durante la pandemia.

Joan Collins: Antes de que nos diéramos cuenta del impacto del desarrollo surrealista de una pandemia en febrero de 2020, me apunté al Creative Visionary Program (CVP, Programa de Visión Creativa) de Nicholas Wilton en un foro virtual llamado Art2Life. Es un curso intensivo de arte de tres meses que te empuja a todos los rincones del ser creativo. Fue realmente un salvavidas para mí, y mi arte realmente despegó. En la parte inferior de mi cuaderno de bocetos, donde tomaba notas de las clases semanales en línea, llevaba la cuenta del número de casos y muertes por COVID-19 de marzo a mayo. Todavía me dan escalofríos al mirarlos. Como todo el mundo, la vida se volvió muy callada. Y para alguien que ha viajado casi todas las semanas durante los últimos años, era muy extraño estar encerrada en casa. Pero, durante mi tiempo libre, profundicé en el CVP y tiré de la reserva del alma de toda una vida de viajes. Creé caminos en los lienzos que me llevaban lejos. Esto dio lugar a todo un conjunto de obras que se convirtieron en una exposición que refleja esta época, llamada In Motion | In Stillness (En movimiento | En quietud).

Ahora puedo bromear sobre ello, pero también podía pintar libremente sin sentirme culpable por decir que no a las invitaciones sociales—un pase que anhelaba y ni siquiera lo sabía. Había un divertido meme que circulaba por ahí que mostraba a un artista en su estudio antes y después del encierro, y eran exactamente iguales. ¡Es tan cierto!

Además de este trabajo, pedí y leí libros de arte como Chromophilia y Disrupted Realism: Paintings for a Distracted World. Me puse a escuchar música de diferentes partes del mundo cada día, disfrutando especialmente del ambiente brasileño. Pinté mucho, pero también admito que recurrí a Netflix por primera vez y me deslicé por esa resbaladiza pendiente de ver todo, desde Bridgerton hasta Longmire, Bosch y Schitt’s Creek. En última instancia, sin embargo, encontré consuelo y todavía lo hago en salir a la belleza de la naturaleza de Arizona. Las caminatas, los safaris al atardecer, las aventuras a la salida de la luna y la fotografía de paisajes naturales y urbanos estimulan enormemente mi creatividad (y mi cordura).

Hoy estoy en la cresta de la ola por haber recibido la vacuna y por volver a la normalidad. Reunirme con la familia y los amigos y volver a viajar es algo increíblemente nutritivo. También estoy volviendo a las galerías y a los museos de arte locales. Sin embargo, me siento atraída por el estudio cuando no estoy pintando activamente. Para mantenerme centrada y en el camino desde la perspectiva de la pintura y el negocio del arte, soy miembro de The Connected Artist Club, creado por Alice Sheridan. Vi a Alice en acción como entrenadora durante el curso CVP, y su estilo artístico y su enfoque empresarial son muy convincentes. Recomiendo encarecidamente su podcast con otra artista, Louise Fletcher, llamado ArtJuice.

Los artistas de hoy en día tienen la maravillosa oportunidad de compartir su trabajo con el mundo en las plataformas sociales. Pero también es un arte, no una ciencia. He estado profundizando un poco en esto, tratando de aumentar mi presencia en Instagram y compartir más sobre mi vida artística a través de mi boletín electrónico, el blog del sitio web y el podcast. Con el clima más fresco a la vuelta de la esquina, no puedo esperar para volver a los senderos de nuevo. Pero he tratado de mantenerme conectada a la naturaleza a través de una práctica que comenzó con un curso de meditación que tomé llamado Sacred Arts (Artes Sagradas) con Galia Alena. Sostengo algo natural en una mano, como una rosa, un recorte de piñón o una hermosa piedra de río, y dibujo la sensación que me produce con la otra.

Casi se puede ver en mis cuadros cuando empecé a moverme de nuevo. Mi paleta se ajustó especialmente. Tomó una vibración de tono alto sin querer. Esta tendencia parece continuar, y estoy disfrutando enormemente pintando estos cuadros. Es realmente sorprendente lo entrelazadas que están nuestras vidas y el arte, especialmente con el arte abstracto, que tiene tanto que ver con el sentimiento y el alma.

Share this:

What can we help you find?

¿Necesitas más ayuda?
Llame a Servicios para visitantes al 602.257.1880 o envíe un correo electrónico

info@phxart.org
TYPE HERE TO SEARCH...