GUÍA DE EXPOSICIÓN

Hogar de más de 1.3 billones de personas, hoy en día, la India es una sociedad geográficamente, culturalmente, y religiosamente diversa con miles de años de historia valiosa y compleja. Existen docenas de tradiciones de vestimenta que son específicas a cada región y que reflejan este mosaico cultural. Esta galería explora muestras de solo nueve de los 28 estados de la India, revelando diferencias evidentes y similitudes tenues. A través del color, caída, textura e imagen, el portador ofrece pistas sobre su identidad, incluyendo detalles como su tierra natal, estado civil, posición social y recursos. Los diseñadores del occidente se han inspirado en la vestimenta regional de la India para crear prendas tan comúnmente conocidas como conjuntos de pijama y el pantalón MC Hammer.

El sari es una prenda compleja compuesta de una sola pieza de tela larga. El término sánscrito significa “franja de tela,” sin embargo, el diseño es concebido en el telar como una prenda tridimensional. La distribución matemáticamente precisa de combinaciones de hilo y densidades del patrón agregan peso a ciertas porciones que proveen una caída e intensidad que produce un despliegue de siluetas hermosas. Hecha de yardas de tela que miden entre cinco y nueve yardas de largo, el sari es una prenda completamente sin costuras que depende de una serie de dobleces, pliegues, y atados para estabilizar la apariencia de la prenda. A través de la India, las mujeres envuelven los saris en cientos de maneras diferentes, reflejando las tradiciones de su región y los siglos de historia del sari. La versatilidad del diseño permite que la portadora pueda crear una variedad de estilos que hasta incluyen pantalones largos, así como pantalones cortos de baño. Los diseñadores de moda occidentales han reducido el sari de nueve yardas de tela a piezas de patrones de sastre, eliminando eficazmente la importancia cultural de la envoltura. En cambio, solo se enfocan en su elemento más icónico, una banda asimétrica colgada del hombro.

Aunque este adorno popular se origina en el Este, se ha convertido en un elemento fundamental de la moda mundial que en inglés lleva el nombre de la ciudad de Paisley, Escocia. La figura de lágrima elaborada se desarrolló del diseño “boteh” persa y se cree que está basado en un árbol ciprés torcido que simboliza fertilidad y prosperidad. Para el siglo XVI surgieron adaptaciones a través de la India con variaciones en la forma y nombre que reflejan la diversidad de cada región. Para principios de los 1800s, los diseñadores de moda occidentales ya se habían obsesionado con rebozos de cachemira, un accesorio fino que lucían versiones estilizadas del diseño de cachemira que son tejidas del pelo suave de invierno de la cabra pashmina. Estos textiles complejos y lujosos podían tomarle años en producirlos a mano a un tejedor experto y eran valiosos obsequios de los emperadores mogol y maharajás imperiales. Para 1820, la ciudad de Paisley, Escocia se convirtió en el principal fabricante de imitaciones de rebozos de cachemira para el mercado occidental. El nuevo telar jacquard podía tejer los patrones complejos a alta velocidad, utilizando un sistema de tarjetas perforadas que nos recuerda a las primeras computadoras modernas. Estas copias más accesibles inundaron el mercado y bajaron la demanda de los originales de la India entre los consumidores occidentales. El diseño de la imagen de cachemira ha sido una tendencia en la moda desde entonces.

Durante siglos, los turbantes han ocupado un lugar sumamente importante en la cultura india como un símbolo del rango social o una demostración diaria de devoción religiosa. Una prenda muy práctica en la India, los turbantes se pueden personalizar entre muchas expresiones y tradiciones diferentes. Aunque los hombres los usan principalmente, los turbantes han sido adoptados por mujeres en un avance de igualdad. Hoy en día, los turbantes son menos comunes, pero aún se usan como prácticas religiosas habituales además de como parte del atuendo de boda. Diseñadores y amantes de la moda occidentales han sido atraídos por el turbante desde la Edad Media tanto que lo han adoptado cíclicamente. Un ejemplo conspicuo de esta apropiación cultural ocurre en la alta costura cuando la imitación de los turbantes es diseñada principalmente para crear una silueta dramática.

El enfoque de este vestido son los dos apliques de encaje en forma de pavos reales, los cuales son nativos de India y simbolizan la guerra y realeza. Originalmente, este vestido fue parte de la colección de otoño/invierno de 2008-9 de McQueen, llamada “La niña que vivía en un árbol” y que fue conceptualizada siguiendo un viaje largo de McQueen a la India. (Credito de imagen: Alexander McQueen, Peacock Dress (El vestido del pavo real), Fall/Winter 2008-2009 (detalle). Courtesy of the FIDM Museum at the Fashion Institute of Design & Merchandising, Los Angeles. Commissioned 2010: Funds donated by Karen Coombs-Jordan.

Los animales nativos de la India, como el pavo real, el tigre, y el elefante son temas frecuentes de las fantasías de la moda. Desde estampados de animal en chifón​ de seda creados usando cuentas, a escenas de caza dramatizadas estampadas en charmeuse de seda, y hasta bolsas de mano esculturales brillando con diamantes de imitación​, los diseñadores interpretan estas imágenes de acuerdo con su estética individual. Capturando el interés de Worth Leiber, Hermès, y otros, la alta costura ha rendido homenaje a la India de una variedad de formas elegantes e ingeniosas.

Este estilo de saco, nombrado en honor del Primer Ministro de la India Jawahalal Nehru, favorecía perfectamente las siluetas esbeltas y nítidas que fueron populares durante mediados de la década de 1960. Dos movimientos populares de ese tiempo, el movimiento “Mod” y la “Revolución del Pavo Real” rápidamente adoptaron el estilo del collar y reprodujeron versiones desde negro clásico hasta mezclas de colores psicodélicos. Encontrado en sacos, trajes de ocio, camisas de vestir y hasta ropa de mujer, el collar Nehru era y continúa a ser una moda global fuerte.​

Anamika Khanna mezcla las técnicas tradicionales de la India con siluetas de sastre modernas para favorecer a la mujer global. Cada prenda de alta costura empezó con una tela de color sólido. Los colores adicionales están compuestos de capas exquisitas de bordados de hilo a mano, cuentas de cristal, y bordados metálicos. Desde los laboriosos bordados zardosi incrustados (hilos revestidos de metal bruñido cuya aplicación requiere entre 6,000-8,000 horas de mano de obra por falda) hasta los flecos con borla hechos a mano, los conjuntos creados son un catálogo deslumbrante de múltiples técnicas regionales.