La obra del artista de medios mixtos Aaron Coleman es tanto del pasado como del presente. Realizadas con objetos o artefactos encontrados, y repletas de referencias históricas, las instalaciones de Coleman combinan y reutilizan imágenes y formas reconocibles, dando lugar a obras de arte viscerales, impactantes y poderosas que reflexionan e interrogan las complejas y omnipresentes historias de racismo y clasismo en los Estados Unidos.
Originario de la zona triestatal, Coleman reside actualmente en Tucson, donde es profesor adjunto de arte en la Universidad de Arizona. Ha exhibido internacionalmente, y su obra se encuentra en varias colecciones públicas y privadas de todo el mundo, como las del Museo de Imprenta Janet Turner; la Bibliothèque Nationale de Francia; el Museo Ino-cho de Papel de Japón; y el Museo de Arte Yekaterinburg de Rusia.
Recientemente hablamos con Aaron para descubrir más sobre su trayecto hasta convertirse en artista y las obras recientes que ha exhibido en el Valle del Sol. Aquí está, en sus propias palabras, sobre sus primeras inspiraciones, el hip-hop, su exposición de 2019 en el Museo de Arte Contemporáneo de Mesa, y su nueva felicidad botánica.
“Creo obras que se centran en relacionar los acontecimientos históricos con nuestro clima sociopolítico actual. Me interesa saber de dónde venimos y cómo eso nos ha llevado a donde estamos ahora”.
Aaron Coleman. Courtesy of the artist. Photo: Kyle Mittan/University of Arizona.
PhxArt: Cuéntenos acerca de dónde viene usted y cuándo supo que quería ser artista. ¿Cuál fue su primera fuente de inspiración?
Aaron Coleman: Nací en Washington D.C., pero pasé la mayor parte de mis años de juventud en Maryland. Tuve una niñez bastante normal y no recuerdo muchas experiencias artísticas o creativas, aparte de libros para colorear o cosas así. Cuando tenía unos 12 años, nos mudamos a Indianápolis. Ahí es donde todo (respecto al arte) comenzó para mí. Me hice amigo de unas personas que estaban involucradas en el grafiti y me enganché inmediatamente. Esa fue realmente mi primera introducción a cualquier tipo de cultura visual y a la gente que la produce. Sin embargo, no era muy hábil; era decente con el aerosol, pero el estilo de vida me atrapó rápidamente. Sabía que quería seguir haciendo cosas geniales, así que decidí ir a la escuela de arte. Por supuesto, ahora tengo una comprensión mucho más clara de lo que hago y por qué, y mi práctica de estudio está motivada en gran medida por cuestiones sociopolíticas, la historia y la cultura.
Aaron Coleman, True and Livin’ exhibition entrance installation, 2019 (detail). Book and latex. Courtesy of the artist. Photo: Tamrin Ingram.
PhxArt: Ya que tiene este interés en cuestiones sociopolíticas, ¿cómo informa su obra vivir en el suroeste estadounidense, si acaso?
Coleman: No se puede vivir aquí sin ser muy consciente de las tierras indígenas que ocupamos y de la actividad en torno a la frontera. La cultura, la historia y la política están en el aire aquí; están en la tierra que pisamos. Mi trabajo no se centra en estas cuestiones específicas, pero esa energía me motiva a hacer obras sobre el colonialismo y la supremacía blanca.
Aaron Coleman, Ropr-Or-Dope, 2019. Lumber, hardware, rope, cast plaster, tassels, turf, latex, enamel and acrylic. Installation view, True and Livin’, 2020, Mesa Contemporary Arts Museum. Courtesy of the artist. Photo: Tamrin Ingram.
PhxArt: ¿Cuáles son los temas principales que explora en su obra, y cuál es su medio preferido?
Coleman: Estudié grabado, y mis primeras obras se desarrollaron casi exclusivamente a través de esos procesos. Ahora, utilizo cualquier medio que me ayude a expresar mi voz más auténtica para el tema que estoy explorando. A través del grabado, la pintura, el collage, la escultura y la instalación, creo obras que se centran en relacionar los acontecimientos históricos con nuestro clima sociopolítico actual. Me interesa saber de dónde venimos y cómo eso nos ha llevado a donde estamos ahora. Más concretamente, expongo las formas en que los sistemas autoritarios de poder, como la ciencia, la antropología, la religión, la educación, la justicia penal y la política, se manipulan o son creados para mantener la supremacía blanca a lo largo de la civilización moderna.
PhxArt: Cuéntenos acerca de su obra The Pietà. ¿De qué se trata esta pieza específica?
Coleman: La bandera de 36 estrellas, o la “Bandera de Lincoln”, estaba en uso cuando se aprobó la 13ª enmienda y es la bandera sobre la que descansó la cabeza de Lincoln después de ser asesinado. La bandera panafricana cuelga de un perchero dorado en una postura que evoca a Cristo recostado en el regazo de su madre, María, tras la crucifixión. Esta escultura examina el fracaso de la 13ª enmienda, a la que siguió Jim Crow, así como el papel que desempeñó la iglesia, para bien y para mal, durante la época de la Reconstrucción. Las rayas están formadas por postes rojos, que evocan el sueño americano, prácticas discriminatorias y la protesta. Estos postes están adornados con excrementos de pájaro, ya que me preguntaba qué significaba ser realmente libre como un pájaro.
El título de la obra se inspira en La pietà de Miguel Ángel (traducción: “La piedad”), que está tallada en mármol de Carrara que fue extraído en la Toscana por personas que fueron condenadas por delitos y, como castigo, fueron obligadas a trabajar en las condiciones más duras.
Aaron Coleman, The Pietà, 2019. Lumber, hardware, Pan-African flag, pepper, blueberries, cigarette ash, plaster, enamel and acrylic. Courtesy of the artist. Photo: Tamrin Ingram.
PhxArt: ¿Qué lo inspiró a empezar a enseñar arte, y cómo afecta su práctica la docencia?
Coleman: La enseñanza formaba parte de mi programa de posgrado y me encantó inmediatamente. Los estudiantes de la primera etapa son curiosos y quieren probarlo todo. A menudo se les ocurren ideas que a mí nunca se me habrían ocurrido, así que son inspiradores en ese sentido. Pero también me di cuenta de que podía ofrecerles lo que faltaba en mi propia educación. Como estudiante, la mayor parte del tiempo me quedé flotando, y mi objetivo es no dejar que nadie se quede flotando. Dedico mucho tiempo a trabajar con mis alumnos, intentando asegurarles que su vida, sus experiencias y sus intereses y perspectivas son puntos de entrada válidos en la práctica del estudio.
PhxArt: ¿Quiénes son sus mayores influencias artísticas?
Coleman: Esta es una pregunta enorme, y hay demasiadas para enumerarlas. Pero tendría que decir que mi mayor influencia en la vida ha sido la cultura del hip-hop. La música me ayudó específicamente a entender que podía crear algo nuevo a partir de cosas que ya existían. Crecer siendo birracial no fue fácil, y a menudo me sentía como si estuviera entre dos mundos sin una base real. El hip-hop me ofreció un lugar al que pertenecer. Escuchar a los DJ y a los productores crear música mediante muestras musicales y la alteración de otros géneros musicales abrió mi mente a las posibilidades de construir a partir de cosas que ya existían. Esto influyó en mi perspectiva y en mi forma de pensar sobre todo—el 99.99% de mi trabajo parte de un punto de recontextualización de cosas que ya existen, como imágenes, historias, ideas y objetos.
Aaron Coleman, Home Away From Home, 2019. Lumber, hardware, steel, cast plaster, carpet, latex, enamel, and acrylic. Installation view, True and Livin’, 2020, Mesa Contemporary Arts Museum. Courtesy of the artist. Photo: Tamrin Ingram.
PhxArt: ¿Cuáles son algunas obras o series en las que está trabajando actualmente o ha exhibido recientemente?
Coleman: Una de mis exposiciones más ambiciosas fue True and Livin’ (Verdadero y vivo) en el Museo de Arte Contemporáneo de Mesa en 2019. Constaba de cinco esculturas y 14 pinturas.
Más recientemente, acabo de terminar un gran conjunto de pinturas de técnica mixta para una exposición en la Universidad Benedictina, y estoy terminando el trabajo para otra en la Universidad Estatal de California, Stanislaus.
PhxArt:¿Qué puede esperar ver nuestra comunidad de usted?
Coleman: Es difícil decir lo que va a pasar en un futuro próximo dadas las circunstancias actuales. Muchos programas se están cancelando o se han trasladado en línea. Tengo algunos grandes proyectos de instalación en el horizonte y estoy muy emocionado, pero por ahora son un secreto. Me gustaría que llegaran lo más lejos posible, pero también me interesa especialmente compartirlos con la comunidad local de Tucson y Phoenix.
Aaron Coleman, Spectator Sport, 2019. Lumber, hardware, cast plaster, playground rubber mulch, Nike Cortez sneakers, tassels, latex, enamel, and acrylic. Installation view, True and Livin’, 2020, Mesa Contemporary Arts Museum. Courtesy of the artist. Photo: Tamrin Ingram.
Estamos interesados en saber cómo los creativos navegan el tiempo del coronavirus. Aaron Coleman comparte lo que le está dando vida como creativo durante la cuarentena.
Coleman: Estoy cultivando un montón de orquídeas, unas orquídeas terrestres increíbles y raras. Esta práctica ha sido mi santuario, realmente. Hace aproximadamente un año, empecé a construir vivarios, que son esencialmente terrarios pero a una escala mucho mayor que incluyen microfauna (isópodos y colémbolos) que se alimentan de la materia en descomposición y fertilizan las plantas. Los vivarios son casi autosuficientes e incluyen ventiladores para la circulación del aire y un ciclo de riego automático mediante sistemas de nebulización.
Esta afición va acompañada de un interés por los musgos y las plantas raras, como los helechos epífitos y las plantas tropicales en miniatura. A menudo busco pequeñas plantas tropicales que tengan un gran impacto visual, y así fue como conocí una subtribu de orquídeas terrestres conocida como Goodyerinae, más comúnmente conocida como orquídeas joya, que suelen cultivarse por su follaje más que por sus flores. Actualmente cultivo algo más de 70 especies de Goodyerinae y Spiranthinae y recientemente he creado un “laboratorio” de cultivo de tejidos en casa para cultivar estas plantas in vitro. También estoy polinizando a mano para intentar hibridar y cultivar a partir de semillas.
También he estado “leyendo”, pero cuando digo eso, en realidad significa que estoy escuchando, ya que me resulta muy difícil quedarme sentado el tiempo suficiente para leer realmente. Hace poco terminé The Cross and the Lynching Tree (La cruz y el árbol del linchamiento), Thus Spoke the Plant (Así habló la planta), Gathering Moss (Recogiendo musgo), The Water Dancer (El bailarín del agua) y We Want to Do More Than Survive (Queremos hacer algo más que sobrevivir). En la actualidad, estoy alternando entre Orchid Fever (Fiebre de orquídeas), Medical Apartheid (Apartheid médico) y Wayward Lives, Beautiful Experiments (Vidas extraviadas, bellos experimentos). Todo esto influye en mi trabajo.